martes, 8 de junio de 2010

REFLEXIONES DEL MONO BORRACHO



HOY: "TENEMOS LA CRISIS QUE NOS MERECEMOS"

Recuerdo cuando era niño que en casa los yogures eran artículos de Domingo, un lujo para un día especial. Recuerdo que no tirábamos la comida, ni siquiera el pan sobrante- se hacía pan rallado con el- pues además de ser pecado tirarlo, en casa había conciencia de que había gente en el mundo que se moría de hambre. Recuerdo que me regañaban si me dejaba una luz encendida en alguna habitación y salía de ella, y no era por conciencia planetaria, por entonces no sabíamos de eso. Era una simple cuestión de economía domestica. Hubo un tiempo en mi casa en el que el despilfarro era sinónimo de traición a esa comunidad que era nuestra familia. En aquellos tiempos llegamos a vivir ocho en un pequeño piso de protección oficial de tres cuartos, salón, cocina y un baño. Y a pesar de todo, recuerdo que éramos una familia muy unida y muy divertida. Estoy tremendamente orgulloso de mis origenes, pues haber sido educado en ese humilde entorno me hace valorar ciertas cosas. Pero afortunadamente, nuestra sociedad pasó de ser una sociedad subdesarrollada a ser un país avanzado. Aunque claro, hubo efectos secundarios. Pasamos de la conciencia del valor de la austeridad a comportarnos como paletos nuevos ricos. Nos acomodamos sin problema y sin gusto -sobretodo sin gusto- a la cultura del usar y tirar que nos llegaba de los U.S.A. Algo similar les pasó años después a los ciudadanos de los países del este que tan mal han asimilando el paso de una dictadura comunista sin nada a la dictadura capitalista con todo. Ahora en nuestras sociedades occidentalizadas el índice de obesidad infantil es realmente alarmante. Comparativamente hablando es más caro un kilo de tomates que un mp3. Cuando un electrodoméstico se estropea, sale más rentable tirarlo y comprar otro que repararlo. La gente se metió en hipotecas sabiendo que el precio de las viviendas no era ni justo, ni real, haciendo con ello el juego a los especuladores. Tiramos toneladas de alimentos en buen estado. Mientras la mayoría de los habitantes del resto del mundo no tienen para alimentar a sus hijos. Y muchos aun creen en las mentiras de unos políticos pusilánimes y lameculos al servicio del capitalismo más feroz y destructivo al que denominan “Mercado” (Ese ente). Lo sabiamos, lo sabemos, pero nos toca la polla… pues ahora a jodernos tocan. Lo más triste es que hablamos de crisis, pero hasta que no tengamos una hambruna no sabremos el término real de la palabra “Crisis”. En nuestras sociedades occidentales hasta los pobres pueden comer todos los días, ignorarlo es un insulto para los ciudadanos de los países realmente pobres del mundo, ellos sí que están en una verdadera y real crisis… desde hace décadas.

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